VALERIA PARISI EN EL BARRIO DE CABALLITO
VALERIA PARISI DE PROFESORA DE LETRAS A LA EXQUISITA GASTRONOMIA ESPECIALISTA EN HELADO.
ART. REVISTA BRANDO
La historia de Valeria Parisi tiene un comienzo casi de cuento de
hadas: en un pequeño local a puertas cerradas en una esquina de Caballito, una
chica cocinaba tortas y mousses para algunos conocidos. Con un pasado de
profesora de Letras en la Universidad de La Plata, se había animado a lanzarse
en lo que había sido su pasión desde la infancia: la pastelería. Pero mientras
preparaba con una mano única sus platos dulces, algo la delató. Los aromas a
chocolate, caramelo y cardamomo que se escapaban por las ventanas del local
intrigaron a los vecinos, que le tocaron la puerta porque ¡querían probar! Así
fue que decidió abrir al público.
Luego de algunas vueltas -una mudanza para ampliar y convertirse en proveedora
de pastelería de una prestigiosa cadena de dulces-, Valeria Parisi es hoy, además
de la chica en cuestión, una sobria pero coqueta confitería, ubicada a pocos
pasos de Parque Rivadavia. En la vereda o el salón, se pueden probar auténticos
manjares de pâttiserie que la anfitriona prepara acompañada de un equipo de
luxe que se ocupó de capacitar: no está tan olvidado su costado docente.
Valeria es una investigadora curiosa que, luego de estudiar gastronomía, se
encerró un año para armar su propuesta de postres. Cuenta: "Mi papá es
químico. Y esa fue la tradición que me marcó. Yo veo la pastelería desde lo
físico y lo químico que hay en cada receta. Por eso he podido hacer versiones
personales de cada una de las tortas que aquí se sirven. El cheesecake o el
tiramisú que van a probar acá es distinto de cualquier otro".
Con una materia prima premium y unas técnicas que no podrían ser más refinadas,
los postres que pueden recomendarse para este verano son varios.
El clásico del lugar es el cheesecake frío con berrys: una masa fina de
almendras, una crema fresquísima y liviana que se deshace como una nube, y un
glaseado de frutos rojos por encima. También encandila el mousse de limón, que
mezcla acidez, cierto picor y un dulzura inigualable, con su base crocante de
chocolate y cardamomo, y glaseado de maracuyá. Uno de los mousses más originales
es el de menta y chocolate, de sabor intenso y audaz. De los más aclamados es
el bicolor, con chocolate semiamargo y chocolate blanco. El tiramisú con una
versión singular -el alcohol y el café están en la crema, no en la masa-
despierta fanáticos. También hay postres más invernales pero igual de
enloquecedores, como el muy británico lemon pie o el rogel. Capítulo aparte es
la pastelería seca, donde brilla el cotundente pudding austríaco, alicorado,
con nueces, chocolate y cinco especias, receta original de la mamá de Valeria.
¿Alguien puede esperar para probar estos placeres?
Otamendi 65
Lunes a sábado, de 8 a 20. Domingos, de 10 a 18
Tel.: 4902-3282
valeriaparisi.com.ar
Por Mercedes
Halfon
Fotos de Xavier Martín
Comentarios
Publicar un comentario